28 de mayo de 2009

Cuando se supende.


Estaba cada vez más nerviosa; su coraje inicial había pasado por completo.
-No se como continuar. -Dijo. Sus ojos estaban comenzando a ponerse colorados.
-¿Qué sabes hacer bien? -Preguntó él.
-Ir tras lo que creo. -No habia otra respuesta.
Vivía corriendo tras de lo que creía. El problema es que cada día creía en una cosa diferente.
-Todos los caminos llevan a Roma. En un primer momento ella asintió pero luego respondió:
-Nunca he estado allí, no puedo saberlo.
-Tienes razón. No se cuando una persona puede sacar algo provechoso de la experiencia pero un texto ánonimo dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes. Construir o plantar. Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan. Éstos a veces sufren con las tempestades, las estaciones, y raramente descansan. Pero, al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y al mismo tiempo que exige atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.
Los jardineros se reconocerán entre sí, porque saben que en la historia de cada planta está el crecimiento de toda la Tierra.


Brida.

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